jueves, 26 de mayo de 2016

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Río Bogotá se usaría para deportes en el 2020, si obras siguen

Mientras cuenca alta del río Bogotá sufre inundaciones, cuenca media se salva por adecuación.

Por:  Felipe Motoa Franco | 

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La historia de Andrés Beltrán resume, en pocas palabras, el antes y después de la cuenca media del río Bogotá. En 52,5 kilómetros, entre Soacha y el Distrito: “Esto por acá se desbordaba cada tanto. Siempre teníamos el riesgo de que el agua se nos metía a la casa. Incluso, con el Ejército llenábamos lonas para que no pasara el agua por el farillón”, recuenta.
Pero, “con lo que han hecho las máquinas ya no se desbordan en invierno. Ya no se vive con ese miedo de que se nos meta el agua al barrio”. Vive en la calle 39 con 15, del vecino municipio. Se refiere al plan de adecuación hidráulica que la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) ejecuta desde hace dos años. Desde la calle 80 (en la capital) hasta el meandro San Nicolás (Soacha).

El proyecto cuenta con una inversión de 90 millones de dólares, los cuales se han destinado, más que todo, al dragado y compra de predios. Con las acciones, el cauce pasó de tener 30 metros de ancho a 60 metros, lo que explica la apreciación de Andrés. El agua cuenta con más espacio para ocupar, antes de desbordarse, si hay crecientes por efecto de las lluvias.
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En total, la CAR ha adquirido alrededor de 6 millones de predios, la mayoría de los cuales pertenecían a agricultores y ganaderos. “Vieron que lo mejor para conservar el resto de sus tierras, sin inundaciones, era respetarle el espacio al río. Por eso la mayoría vendió de forma voluntaria”, afirma Néstor Franco, director encargado de la corporación. En ese espacio adquirido se removió la tierra y se despejó el terreno que hoy sirve de berma (espacio inundable, entre el cauce normal y el farillón).
En 52,5 kilómetros continúan trabajos que amplían los bordes del cauce. El dragado está prácticamente finalizado. Fotos: Mauricio Moreno / EL TIEMPO

Recorrido
Un viaje en lancha muestra la situación del caudal desde su superficie. Se parte desde el meandro El Cigarrillo, en la localidad de Fontibón. Pronto se nota la escasez de ganado y la inexistencia de cultivos junto al río. Tan solo unos pequeños propietarios, que se resisten a vender sus tierras aledañas, están en etapa de expropiación. En todo caso, si hay una creciente súbita y descontrolada, esas pocas vacas que pastan junto al agua serían las primeras ahogadas, explican los técnicos.
Más abajo, en la zona que delimita a Bosa con Soacha, punto donde el río Tunjuelito se descarga sobre el Bogotá, se ven los únicos tramos de berma húmeda, aunque sin inundación. Ingenieros de FCC, contratista de la CAR, explican que “esto se debe a los incrementos del caudal en el río Tunjuelito, que entre sábado y domingo aumentó hasta 1,5 metros su nivel”. Precisan que históricamente esta zona quedaba anegada con la descarga que traía el afluente.
“Si logramos, con el Distrito, poner en funcionamiento los interceptores (que limpian las aguas) de los ríos Tunjuelito y Fucha, la cuenca media del río Bogotá será navegable en 2020, con agua que no ponga en riesgo la salud. De esa manera se podrán adelantar actividades recreativas activas (como deportes acuáticos) y pasivas”, señaló Franco.
Para llegar a ese punto es necesario adecuar, al menos, la planta de tratamiento de aguas residuales Salitre (en la calle 80), que cuenta con 450 millones de dólares facilitados por el Banco Mundial. La adjudicación de esta se hará en octubre y contará con cuatro años de construcción, más un año de operación.
Mientras, las inundaciones seguirán bajo relativo control. Pero el olor que se percibe, que sin ser insoportable es molesto, seguirá impidiendo que los bogotanos miren hacia el río.
Se mantiene la vigilancia
Javier Pava, director del Instituto Distrital de Gestión de Riesgo y Cambio Climático (IDIGER), advirtió que las acciones preventivas continúan. Aunque el Distrito no tiene ninguna alerta activada (a diferencia de municipios de la parte alta de la cuenca como Choconta, Suesca y Sesquile) sí “estamos muy atentos a las zonas de Tunjuelito, Bosa, Ciudad Bolívar y Kennedy, que son sectores críticos en caso de crecientes. Los comités locales de riesgo están activos desde hoy (ayer), ante el anuncio del IDEAM de que las lluvias continuarán esta semana”.

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