jueves, 26 de mayo de 2016

Dana Cardenas - 804




¿Es viable el circuito ambiental que propone Peñalosa en Bogotá?


Más de 200 kilómetros de senderos, malecones y parques lineales son el proyecto que el nuevo alcalde, Enrique Peñalosa, busca construir para darle carácter arquitectónico y ambiental a Bogotá.
Pero mientras los equipos técnicos del alcalde definen el perfil del Circuito Ambiental que rodearía a la capital por oriente y occidente, expertos ambientalistas alertan sobre los riesgos del plan para el río Bogotá y la reserva Van der Hammen, en el norte.

En el occidente, el proyecto cubre los 100 kilómetros el río Bogotá, desde la zona rural de Bosa hasta el límite con Chía. En el oriente habrá un sendero de 82 kilómetros en los cerros que irá desde Usme hasta el sistema Torca-Guaymaral (en la reserva Van der Hammen).
El Distrito aún no ha dado un costo estimado de la iniciativa, pero aseguró que serán “unos diseños muy bien hechos. Ya hay prefactibilidad y buscaremos varias alternativas de financiación: alianzas público-privadas, recursos de varias entidades y la habilitación de mecanismos en el POT para captar recursos con cargas urbanísticas”.
Cuatro ríos y los cerros
El sendero de los cerros orientales tendrá puntos de préstamo de bicicletas, iluminación alimentada con paneles solares, cámaras de vigilancia y seguridad y 10 puntos de acceso en varios lugares de la ciudad.
Uno de esos accesos será un teleférico entre Usaquén, el sendero y el embalse de San Rafael, en el municipio de La Calera. Además se hará una restauración ecológica, especialmente en zonas erosionadas y se sustituirán especies foráneas de árboles, como los pinos y eucaliptos, por otras propias de esta región.
Peñalosa ha dicho que “organizaciones ambientales estarán encargadas de diferentes tramos del sendero, para que lo protejan, lo cuiden y lo mejoren tanto como sea posible”.
Además, el camino daría acceso a los bomberos y cuerpos de emergencia en caso de incendio, y se construiría una tubería para acceder al agua.
El otro eje será el malecón del río Bogotá, cuya descontaminación les costará de $ 5,9 billones a $ 9,27 billones a la capital, la Nación, la Gobernación y a 46 municipios de Cundinamarca.
Contará con iluminación, mobiliario urbano, 100 kilómetros de ciclorruta y muros de contención. “Este proyecto se financia solo porque vamos a volver valiosas las tierras alrededor del río”, señaló Peñalosa. Para ello, el nuevo Plan de Ordenamiento Territorial (POT) que debe aprobar el Concejo de Bogotá tendrá que permitir la urbanización en el occidente.
El sendero de los cerros orientales tendrá puntos de préstamo de bicicletas, iluminación alimentada con paneles solares, cámaras de seguridad y 10 puntos de acceso en varios lugares de la ciudad.





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