Cambio climático hará que la Costa sea más seca y Andes más lluviosos Ivonne Torres 804
La temperatura promedio del país, que es de 22 grados, aumentará dos de hoy al año 2100.
El cambio climático no tiene reversa, pero no afectará de la misma forma a todo el país en los próximos 25 años ni en lo que resta del siglo. Habrá regiones que sufrirán por un incremento de la temperatura y otras por falta de lluvias. Y algunas más, porque precisamente esas precipitaciones serán muy intensas.
Como los impactos no serán los mismos, el Gobierno y las administraciones regionales tendrán que diseñar y aplicar medidas diferenciadas para enfrentar los cambios del clima y reducir la vulnerabilidad del territorio, que se ha hecho cada vez más evidente en zonas rurales y ciudades capitales.
Esta es, tal vez, la principal conclusión del documento ‘Nuevos escenarios del cambio climático’, que fue presentado este martes por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (Pnud), el Ideam y el Ministerio de Ambiente y Desarrollo.
El estudio sustenta este panorama explicando que hasta el año 2100 la temperatura promedio de Colombia, que hoy está en 22 grados, subiría dos grados centígrados adicionales.
Ese aumento sería gradual, ya que de aquí al 2040 está contemplado un ascenso de 0,9 grados y hasta 2070 ese incremento llegaría a los 1,6 grados promedio.
Pero ese calentamiento no sugiere que todo el territorio sufrirá por situaciones relacionadas, como sequías u olas de calor.
Por ejemplo, la región Caribe será más seca porque allí lloverá casi un 15 por ciento menos. Las lluvias bajarán en un 27 por ciento del territorio nacional, reducción que será de entre un 10 y un 30 por ciento, incluyendo a Amazonas, Vaupés, sur de Caquetá, Bolívar, Sucre, norte del Cesar, La Guajira, Atlántico, San Andrés y Providencia y Magdalena. Igualmente en Meta y Casanare (Orinoquia).
Los mayores aumentos de la temperatura entre los años 2071 y 2100 se esperan en Arauca, Vichada, Vaupés y Norte de Santander.
Más agua
Pero mientras eso sucederá en la Costa Atlántica o en parte de los Llanos, en el 14 por ciento del país las precipitaciones aumentarán. Es el caso de la región Andina, donde subirán en un 8,9 por ciento de aquí al 2040. Nariño, Cauca, Huila, Tolima, Eje Cafetero y Cundinamarca enfrentarán ese crecimiento. Sucederá lo mismo en el Pacífico (Valle, Nariño y Chocó), al igual que en el occidente de Antioquia y el centro de Boyacá.
Bogotá está incluida dentro de este último grupo y su desarrollo deberá pensarse para que sus vías y viviendas puedan resistir frecuentes tormentas y borrascas, incluso granizadas que podrían ser reiteradas.
En los sitios donde lloverá más se podrán incrementar las posibilidades de deslizamientos de tierra. Es el caso de Nariño, Quindío y Risaralda. También se incrementan los riesgos para que acueductos veredales sufran daños y los haya también en la infraestructura vial en áreas de montaña o inundaciones en áreas planas. Tal vez el sector que debe estar más atento a esta situación es el agrícola, que podría enfrentar el aumento y desplazamiento de plagas sobre monocultivos.
¿Más zonas desérticas?
Y en donde no habrá tanta agua disponible y los aguaceros serán escasos, el incremento de la temperatura, sumado a los cambios en el uso del suelo, podrán incrementar los procesos de desertificación.
También podrían enfrentarse a una disminución de la productividad de los suelos agrícolas, pérdida de fuentes y cursos de agua y delicadas olas de calor. Igualmente, zonas inmunes a la llegada de mosquitos transmisores de virus como dengue o chikunguña comenzarían a ver estos insectos.
Para el Amazonas se prevé un debilitamiento de su seguridad alimentaria, al igual que de la integridad ecológica de sus ecosistemas, tal vez los más valiosos del hemisferio.

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