jueves, 26 de mayo de 2016


Paula Machado Martinez -804

Diseños de planta Canoas ya están avanzados un 41 por ciento

Acueducto contrató por $ 25.720 millones estos trabajos para obra que tratará aguas del río Bogotá.

Los diseños, a nivel de ingeniería de detalle, de la planta de tratamiento Canoas, que se construirá en Soacha para servir como segundo gran punto de descontaminación de las aguas del río Bogotá, ya se encuentran avanzados en un 41 por ciento, según conoció EL TIEMPO.
Esos trabajos los viene haciendo el consorcio CDM-Ingesam, que la Empresa de Acueducto, Alcantarillado y Aseo de Bogotá (EAB) había contratado desde el 7 de diciembre del 2011, en cumplimiento de pactos acordados a instancias del fallo del Tribunal Administrativo de Cundinamarca que ordenó el saneamiento del río y que el Consejo de Estado ratificó recientemente. (Lea también: Las cinco trabas para limpiar el río Bogotá).

De acuerdo con esas sentencias, el esquema de saneamiento del río Bogotá –y que acordaron el Distrito, la Nación y Cundinamarca desde el 2003–, sería con obras como los interceptores, la ampliación de la planta de tratamiento de aguas residuales El Salitre, en el norte, y la construcción de una segunda planta (Canoas), en el sur. Además, se tendría que hacer una estación elevadora, para alzar las aguas que luego se utilizarán para generar energía eléctrica. (Lea también: Las 87 órdenes del Consejo de Estado para salvar el río Bogotá).
Dado que la construcción de la planta de tratamiento requiere una planeación muy anticipada en el tiempo, el Acueducto había adjudicado a CDM-Ingesam la contratación del diseño de la planta, con el máximo detalle.
La EAB había previsto inicialmente hacer esa contratación con un plazo de 26 meses. Luego ese término quedó en 31 meses, que vencerían hacia octubre del 2015.
Esos diseños servirán de base para elaborar los términos de referencia para la licitación que se abrirá para la construcción de la planta de tratamiento, que se calcula pueden costar unos 2,5 billones de pesos.
Además, el Acueducto contrató la interventoría de este proyecto, por 3.510 millones de pesos.
En cuanto a la polémica estación elevadora de Canoas, cuya construcción se calcula podría valer más de 120.000 millones de pesos, el Acueducto había contratado también diseños básicos.
Tras el fallo del Consejo de Estado, la EAB está buscando los recursos para que se trabajen los diseños definitivos de esta planta elevadora, que permitirá llevar el agua tratada a unos 40 metros de altura y que se utilice para la generación de energía eléctrica.
La construcción de la estación ha sido uno de los puntos más controvertidos entre el Distrito y Emgesa, por quién sería el responsable de financiar la obra.
El Consejo de Estado, precisamente, en su sentencia subrayó que Emgesa aportará los 84.048 millones convenidos para hacer viable financieramente la obra. Pero quedaron condicionados a que esto se hará siempre y cuando la autoridad ambiental le amplíe la concesión de aguas para tratar en El Muña.
Por lo anterior, se conoció que el Acueducto de Bogotá le pidió al Consejo de Estado aclare qué entidad será la que aportará los recursos convenidos para la construcción de esa estación elevadora, en caso de que la Corporación Autónoma Regional (CAR) de Cundinamarca decida no prorrogarle a Emgesa esa concesión de aguas.



Lo que Bogotá debe saber para descontaminar el río

No bastan obras civiles si no hay cambios culturales entre la ciudadanía, funcionarios y empresasTrabajos de recuperación que realiza la Corporación Autónoma Regional (CAR) en el río Bogotá para ampliar su cauce.


Trabajar en equipo, contar con el apoyo financiero de todos los actores y promover una transformación cultural entre los ciudadanos, los funcionarios y las empresas son tres de las claves que deben enfrentar las ciudades para la descontaminación de sus ríos.
Así lo plantearon este miércoles expertos de Alemania, Argentina y Colombia durante el foro internacional ‘El medioambiente: la gestión integral del recurso hídrico’, realizado en Bogotá. El encuentro fue organizado por el Consejo de Estado, la Contraloría General, el Ministerio de Ambiente y la Corporación Complexus, con el apoyo de EL TIEMPO.

Su objetivo era el de identificar las claves del éxito de las experiencias internacionales, para facilitar el cumplimiento del fallo del Consejo de Estado que ordenó sanear el río Bogotá.

Durante el encuentro se expusieron las experiencias de descontaminación de los ríos Medellín (Colombia), Rin (Alemania) y Matanza-riachuelo (Argentina). También se presentó el fallo del Consejo de Estado que ordenó recuperar el río.

El mayor reto que enfrentaron los tres casos exitosos fue el de la coordinación interinstitucional, pues cada entidad actuaba por su cuenta.

“Alguien tiene que coordinar y tener autoridad para decir cómo y con qué fondos hacer las obras”, explicó Fernando Reinoso, exdirector técnico de Acumar, la empresa que se tuvo que crear en Argentina, donde la Corte Suprema ordenó sanear el río Matanza por los problemas de salud que se estaban generando. El caso es similar al de Bogotá, donde se tuvo que emitir un fallo judicial para actuar.

Una de las acciones en las que coincidieron los países fue en la de trabajar de la mano del sector privado. En Alemania, donde el mayor problema de contaminación lo generaban las industrias, se coordinó con estas para proteger el empleo que generaban, pero con la garantía de que mejoraran sus procesos industriales y la descontaminación en la fuente.

Los problemas
Medellín enfrentó dificultades de coordinación entre instituciones públicas para sacar adelante el programa de saneamiento y tuvo que solucionar problemas con la comunidad para definir el lote donde se podía ubicar la planta de tratamiento. “Todos queremos que haya planta de tratamiento para sanear las aguas, pero no cerca de nosotros, sino en el lote del vecino, y eso no fue fácil de conciliar”, contó Santiago Ochoa, vicepresidente de aguas y saneamiento de Empresas Públicas de Medellín.

En el caso del Rin, uno de los mayores problemas fue el de la coordinación trasnacional en vista de que este atraviesa ocho países. Por esa razón, durante el foro se planteó que, si varias naciones se pusieron de acuerdo para recuperar el Rin, Bogotá no tiene excusas para no recuperar su río.
Los logros
En cuanto al río Medellín, veinte años después de estar trabajando, este se ha convertido en el eje de la vida cultural de la ciudad. Eventos claves como la Feria de las Flores se realizan a sus orillas, y las empresas públicas y privadas han construido sus sedes en sus alrededores.

Alemania tiene para mostrar un Rin donde volvieron a aparecer los salmones gracia a la descontaminación de sus aguas. En todos los casos fue vital la creación de sistemas de monitoreo, no solo para garantizar que no se vuelva a contaminar, sino para medir la situación de los ríos en todo su recorrido.
El río Bogotá
El Consejo de Estado, en fallo del 28 de marzo del 2014, ordenó poner en marcha un plan de salvamento. La sentencia condenó a 23 entidades nacionales y a 43 municipios por la catástrofe ambiental causada al río.

A su vez, avaló la solución que se ha puesto en marcha, que consiste en construir interceptores de aguas residuales paralelas a los afluentes del Bogotá, lo mismo que interceptores paralelos al propio río.

La solución incluye construir una planta de tratamiento al final de los interceptores, llamada Canoas, y la ampliación de la planta Salitre, que ya está operando.

Se ordena crear una gerencia para coordinar todas la inversiones. Actualmente, la Corporación Autónoma Regional (CAR) trabaja en el dragado del Bogotá. Esta previsto recuperar el ecosistema con un parque lineal a lado y lado del río.


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